El reciente incendio en el Alcázar de Toledo, sin consecuencias graves gracias al eficaz funcionamiento del sistema de detección de incendios instalado y la rápida intervención de los Bomberos, hace necesario una reflexión sobre la protección contra incendios en edificios patrimoniales y museos.
En el caso del Alcázar de Toledo el fuego se produjo por un problema de calentamiento (según fuentes abiertas) en el cuadro eléctrico de la sala de climatización, en la planta sexta donde se aloja el Museo del Ejército, justo debajo de la Biblioteca de Castilla-La Mancha.
El sistema de detección y alarma alertó de la incidencia y la pronta actuación de ocho dotaciones de bomberos permitieron controlar el fuego en poco más de una hora, sin tener que lamentar daños en el contenido ni en el edificio.
Antonio Tortosa, Vicepresidente de Tecnifuego nos ha hecho llegar unas reflexiones asociadas a este acontecimiento.
En el caso del Alcázar de Toledo el fuego se produjo por un problema de calentamiento (según fuentes abiertas) en el cuadro eléctrico de la sala de climatización, en la planta sexta, donde se aloja el Museo del Ejército, justo debajo de la Biblioteca de Castilla-La Mancha. El sistema de detección y alarma alertó de la incidencia y facilitó la pronta actuación de ocho dotaciones de bomberos que controlaron el fuego en poco más de una hora, sin tener que lamentar daños ni en el edificio ni en el contenido.
Este es uno de los grandes retos que tenemos los especialistas en protección contra incendios en espacios patrimoniales e históricos, cuidar del edificio y de sus obras de incalculable valor sin perjudicarlos.
Para poner un ejemplo donde se visualice perfectamente el riesgo, podemos pensar en las obras especialmente en los cuadros. El calentamiento propio de un incendio hace que la capa pictórica (pinturas), debido a su composición rica en aceites, se reblandezca. El humo, hollín y residuos también contribuyen al indudable deterioro de estas obras de arte de incalculable valor. Esto, unido a los efectos del agua empleada por los bomberos en su intervención, produce un brusco cambio de temperatura que hará que se cristalice la superficie, siendo prácticamente imposible la restauración de un bien que era necesario proteger y conservar.
Protección de Museos
Para proteger los museos que alojan estas obras, es necesario disponer de sistemas y elementos desarrollados específicamente para su salvaguarda, que sean lo menos dañinos para ellas pero que aporten eficacia en la extinción y la mayor garantía del cuidado de las obras. Se trata de sistemas de extinción basados en gases, polvo y otros productos que se desarrollan a medida del museo.
Como hemos visto en el suceso del Alcázar, en el ámbito de la detección y la gestión remota de alarmas, la tecnología contra incendios ha evolucionado con las comunicaciones y permite que los sistemas de detección sean cada vez más eficaces y seguros. Así, con la gestión remota, se puede atender y gestionar las señales de mantenimiento de todos los sistemas, y la conexión a una Central receptora de alarmas de incendio (CRI).
Estos sistemas de extinción conectados a una CRI son muy rápidos y eficaces para la detección y control del incendio por su rapidez y evacuación de obras si fuese necesario.
Protección de obras de arte
Un material artístico (pinturas, retablos, esculturas, libros…) requiere una protección específica frente a un incendio.
Para proteger las obras de arte del calor extremo, el humo, el hollín, que produce un incendio y del cambio brusco de temperatura que puede suponer una intervención para una extinción ágil y eficaz existen soluciones como TEJIPROTECT, un tejido multicapa, flexible, ligero y adaptable al tamaño y forma de la obra a proteger, que además, no estropea la pintura por contacto o rozamiento y en caso de exposición al calor de un incendio, no se funde y no se adhiere a la obra que protege del fuego.
Esta elaborado con materiales inertes que no contienen ácidos, e impiden el paso del agua, de la luz, del humo, y de las partículas de combustión.